La Formación Profesional en España vive una transformación sin precedentes. La nueva Ley Orgánica de Formación Profesional (Ley 3/2022) establece un modelo modular y flexible que será de obligado cumplimiento para todos los centros educativos a partir del curso 2024-2025.
Este cambio estructural busca adaptar la FP a las nuevas demandas del mercado laboral, a la evolución tecnológica y a las necesidades del alumnado. En este contexto, una cuestión clave emerge: ¿por qué los centros deben reacreditarse y qué implica realmente esta transición?
La nueva FP modular rompe con la rigidez del modelo anterior. Antes, la FP se organizaba en ciclos cerrados; ahora, se estructura en itinerarios formativos flexibles, permitiendo una formación más personalizada, acumulativa y capitalizable.
Se organiza en cinco grados formativos:
Grado A: Microformaciones (acreditación parcial de competencias).
Grado B: Certificados de competencia.
Grado C: Certificados profesionales (equivalentes a los antiguos certificados de profesionalidad).
Grado D: Ciclos formativos (Grado Básico, Medio y Superior).
Grado E: Cursos de especialización.
Además, toda la FP será dual por defecto, lo que implica formación práctica en empresas desde el inicio, no solo al final del ciclo como antes. Esta integración facilita la conexión directa entre el mundo educativo y el laboral.
La reacreditación no es opcional, sino obligatoria. Estas son las razones clave:
Cumplir con la normativa: Solo los centros reacreditados podrán impartir la nueva FP y emitir titulaciones oficiales.
Acceso a financiación pública: La reacreditación permite participar en convocatorias estatales y autonómicas, así como en proyectos de FP dual subvencionados.
Mantener el estatus legal: Los centros deben figurar en el Registro General de Centros de FP. No reacreditarse implica perder la autorización oficial.
Asegurar la calidad educativa: Implica demostrar que se cuenta con instalaciones, personal y metodologías alineadas con los nuevos estándares.
Actualizar contenidos formativos: El currículo debe estar vinculado al Catálogo Nacional de Cualificaciones y adaptado al nuevo enfoque modular.
Responder a las necesidades del mercado: La reacreditación es también una oportunidad para modernizar la oferta educativa, haciéndola más relevante para el entorno socioeconómico.
Mayor alcance y accesibilidad: Permite llegar a un público más amplio, incluidos quienes no pueden asistir físicamente.
Diversificación de la oferta: El centro puede ofrecer programas en ambos formatos, aumentando su competitividad.
Calidad garantizada en e-learning: Asegura plataformas LMS eficientes, contenidos acreditados y tutorización individualizada.
Innovación pedagógica: Favorece el uso de metodologías mixtas, como el aprendizaje combinado o el uso de simuladores virtuales.
Más satisfacción del alumnado: Los estudiantes pueden elegir el formato que mejor se adapte a sus necesidades.
Flexibilidad formativa: Los estudiantes pueden avanzar por módulos, acumular logros y retomar sus estudios cuando lo necesiten.
Reconocimiento de competencias: Incluso las formaciones parciales se certifican oficialmente, sumando en su trayectoria profesional.
Mayor conexión con el mundo laboral: Desde el inicio, los estudiantes se forman en empresas, ganando experiencia real.
Formación personalizada y continua: Pueden especializarse o actualizarse en cualquier momento, adaptando su ruta educativa a su vida.
Mejora en la calidad educativa: Centros reacreditados ofrecen una FP más moderna, práctica y alineada con los desafíos actuales.
La FP modular representa una revolución en la forma de enseñar y aprender. Para los centros, reacreditarse es clave para formar parte de este nuevo modelo. Para los estudiantes, se abren más caminos, más oportunidades y una conexión directa con el empleo.
En Moga Formación te acompañamos en este proceso. Si tienes dudas, consúltanos a través de nuestra web, redes sociales o acércate a nuestro centro. ¡Estamos aquí para ayudarte a aprovechar al máximo esta nueva FP!