Según el Servicio público de empleo estatal, una especialidad formativa es “la agrupación de competencias profesionales, contenidos y especificaciones técnicas que:
Existen cuatro tipos de especialidad formativa:
Uso general y complementarias: no son vinculadas a la obtención de certificados profesionales
Modular: están conformadas por varios módulos vinculados a la obtención de los certificados de profesionalidad.
Certificados de profesionalidad: son aquellas que puede un trabajador cursar para obtener su título que acredite que tiene la competencia necesaria para desempeñar una tarea profesional específica.
En el catálogo de especialidades formativas, podrás encontrar toda la formación que se desarrolla en el marco del sistema de formación profesional para el empleo en el ámbito laboral. La formación puede ser formal y no formal.
Formal: está constituida por especialidades formativas dirigidas a la obtención de los certificados de profesionalidad.
No formal: el resto de especialidades del catálogo no dirigidas a la obtención de certificados profesionales
El catálogo de especialidades formativas es el conjunto de contenidos, objetivos,… de todas las especialidades en todo el Estado. Cada una de estas especialidades puede estar vinculada a Certificados Profesionales o no.
En él podrás ver que las especialidades formativas se clasifican en función a las familias profesionales, estas son un conjunto de cualificaciones que se atiene a los criterios de afinidad de la competencia profesional. Las familias profesionales son:
Son un tipo de especialidad formativa, consisten en una acreditación oficial que es expedida por el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) y por la administración laboral de cada comunidad autónoma. Dicha acreditación garantiza la posesión de las capacidades y competencias para llevar a cabo una determinada actividad profesional según las exigencias del mercado.
Los certificados de profesionalidad se dividen en tres niveles de cualificación relacionados con requisitos académicos y profesionales; y se clasifican en 26 familias profesionales, establecidas en el Real Decreto 1128/2003, de 5 de septiembre.
La diferencia principal que encontramos entre un certificado profesional y una especialidad formativa es la duración y lo que acreditan. La especialidad formativa tiene una duración menor que un certificado profesional y acredita que puedes realizar una tarea determinada, pero no que posees las capacidades y competencias para ejecutar una actividad profesional. Es decir, los certificados de profesionalidad acreditan las competencias profesionales mientras que las especialidades formativas no.
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